Asociación de Hispanismo Filosófico

El lector se encuentra ante un número especial porque con él conmemoramos los XXV años de Historia de la Revista de Hispanismo Filosófico. Historia del pensamiento iberoamericano. Si como decía Miguel de Cervantes, “la pluma es la lengua del alma”, a través de la escritura de este largo periodo de la Revista, hemos reflejado parte de nuestro ser como comunidad filosófica española e iberoamericana. Hay que reconocer que esta extensa pero también intensa andadura ha sido posible gracias a que un nutrido grupo de profesores y estudiosos del pensamiento español, “nuestros socios fundadores de la Asociación de Hispanismo Filosófico”, tuvieron el acierto de crear este medio de difusión a nivel científico en 1996 como sello de identidad con el objetivo de extender el pensamiento español e iberoamericano por todo el mundo. Es de justicia recordar aquí a los eminentes socios que han dirigido la Revista y la AHF -Diego Núñez Ruiz (1996-1998), Antonio Jiménez García (1998-2002), Pedro Ribas Ribas (2002-2004), José Luis Mora (2004-2017)- así como a excelsas figuras que generosamente apoyaron la AHF en sus inicios como José Luis Abellán, Antonio Heredia Soriano, María Zambrano, Juan López Morillas, Leopoldo Zea, Juan Marichal, Víctor Ouimette, Inmann E. Fox, Fernando Salmerón, Julio Caro Baroja, Pedro Laín Entralgo, Elías Díaz, Miguel Cruz Hernández, Juan Fernando Ortega Muñoz, Luis Díez del Corral o Ciriaco Morón Arroyo, entre otros.

Resulta obligado dar las gracias a todas y a todos los que generosamente, a lo largo de estos veinticinco años, con entusiasmo y enorme generosidad aceptaron ejercer de Directores, miembros del Consejo de Redacción, del Consejo Asesor y del Comité Científico porque sin el esfuerzo de cada uno de ellos es obvio que la Revista no gozaría del indiscutible prestigio que disfruta actualmente dentro del panorama científico e intelectual, como prueba el hecho de que el número de lectores siga creciendo y de que se encuentre recogida en prestigiosas bases de datos. Especialmente, quiero expresar mi reconocimiento a todos los que conforman estos órganos de la AHF actualmente porque a pesar de las vicisitudes propias de cualquier medio científico de difusión y de la realidad circundante que supera en ocasiones cualquier previsión imaginable, tal y como ha sucedido por desgracia con la expansión del coronavirus en este año 2020, predomina entre nosotros un clima de trabajo científico y humano con un alto nivel de compromiso dentro de un ambiente cooperativo y cordial. Ello ha sido y es así debido a que lo único que nos mueve en nuestras tareas es el deseo de generar y transferir conocimiento a la sociedad a través de la difusión de nuestra tradición de pensamiento filosófico español e iberoamericano de la que nos sentimos sumamente orgullosos.

El pasado mes de marzo de 2020, en un momento complicado por el estallido de la pandemia de la COVID-19, causó baja voluntaria como Secretario de la Revista, Miguel Ángel López Muñoz, al que agradezco de corazón que aceptara el cargo a comienzos de 2019 cuando ya estaba en marcha el número 24 de la Revista. Me gustaría agradecerle su generosa entrega, compromiso y profesionalidad durante todo este tiempo, deseándole lo mejor en todos los ámbitos de la vida. Del mismo modo, me gustaría transmitir mi agradecimiento más sincero a Antolín Sánchez Cuervo por haber tomado las riendas de la secretaría de la Revista en el mes de abril de 2020, un socio veterano, representante del CSIC en la actual junta directiva, y con probada experiencia en el cargo al haberlo ostentado con gran solvencia desde 2008 hasta 2015.

Cuando uno repasa el índice de los números publicados a lo largo del tiempo -que van desde el 1 al 24 (1996-2019)- magníficamente elaborado por Ángel Casado, Manuel López Forjas y Sara Jácome González, rápidamente comprueba cómo el nivel de compromiso con la Revista ha ido paulatinamente creciendo, aglutinando progresivamente a un mayor número de estudiosos y expertos involucrados con nuestro proyecto editorial. De hecho, los textos publicados a lo largo de estos 25 años reflejan una actitud exigente y rigurosa en términos científicos al tiempo que abierta, tolerante e interdisciplinar con la que siempre se ha pretendido contagiar el interés por la historia de nuestro pensamiento filosófico español e iberoamericano.

Esta Revista tuvo el honor de poder contar desde el principio con el apoyo de la prestigiosa editorial Fondo de Cultura Económica que con su buen hacer, profesionalidad y larga experiencia ha posibilitado que nuestra publicación sea un referente ineludible para los expertos, estudiosos y público no necesariamente especializado en el ámbito del pensamiento filosófico, distribuyendo ejemplares perfectamente editados por todo el mundo.

También un alto grado de compromiso, lealtad institucional y apoyo incondicional con la Revista han demostrado y demuestran las tres Universidades españolas, a saber, la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y la ocho veces centenaria Universidad de Salamanca. Buena prueba de ello es que en este número 25 se recojan los testimonios personales del Rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Rafael Garesse, del Rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero Ortega, y del Decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Antonio Valor Yébenes, quienes dejan explícitas las razones del apoyo institucional prestado a la Revista hasta la fecha así como el compromiso de seguir haciéndolo a través de todos los medios materiales y humanos a su alcance. Nos honra que estas tres universidades con una larga tradición en los estudios del pensamiento español e iberoamericano estén convencidas de que seguir apoyando este órgano de expresión es imprescindible en el siglo XXI, puesto que nos permite entendernos mejor a nosotros mismos, no solo como seres humanos sino como comunidades de vida, pero además porque como herramienta puede ayudar a resolver problemas y cuestiones actuales que demandan necesariamente el estudio profundo, la reflexión crítica, el quehacer y el diálogo filosófico.

Solo hace dos años la Asociación de Hispanismo Filosófico celebraba en septiembre de 2018 en la Casa de América de Madrid sus primeros treinta años de vida, al haber sido fundada el 23 de septiembre de 1988 en el ya desaparecido Instituto Fe y Secularidad de Madrid. Sin embargo, no podemos olvidar que la presentación pública de la Asociación tuvo lugar en Salamanca el 28 de septiembre de 1988, en el marco del VI Seminario de Historia de la Filosofía Española e Iberoamericana, Seminario que desde 1978 gracias al apoyo de la Universidad de Salamanca contó con el Profesor Antonio Heredia Soriano como principal impulsor y que actualmente dirige el Profesor Roberto Albares Albares, miembro del Consejo de Redacción. Es por ello que nos honra a todos que el Profesor Antonio Heredia Soriano aceptara la invitación a participar en este número 25 como primer autor, por tratarse de uno de los socios fundadores de la Asociación de Hispanismo Filosófico y además ser Socio de Honor desde abril de 2019. Su contribución, titulada “El hispanismo filosófico y las tablas aritméticas”, es el discurso, en parte revisado, que tenía que haber defendido en la clausura de las XIV Jornadas Internacionales de Hispanismo Filosófico (Sevilla, 5 de abril de 2019) y que por un problema sobrevenido no pudo presentar. Ello explica que, como podrá comprobar el lector, su estilo responda más al de una conferencia. Al Consejo de Redacción de la Revista le pareció sumamente acertado publicar el texto en este número 25 en aras de que pudiera ser conocido y difundido su valioso contenido que, por otra parte, además enmarca a la perfección este volumen tan singular, precisamente, por la valía intelectual de quien escribe. La decisión unánime fue adoptada en reconocimiento a su condición de socio fundador de esta Asociación, Vicepresidente de la primera Junta Directiva de la AHF, así como a su intensa y fructífera labor en el ámbito del pensamiento español e iberoamericano, como ya se ha dicho más arriba, al haber sido el principal promotor desde 1978 de los Seminarios de Historia de la Filosofía Española, celebrados de forma ininterrumpida cada dos años en la Universidad de Salamanca, la institución más importante del siglo XX dedicada al estudio de la filosofía española e iberoamericana.

En el año 2020 podemos constatar que aunque los tiempos han cambiado y los grandes avances tecnológicos invitan a que todas las revistas científicas apuesten por los contenidos en formato y difusión digital, sin embargo, hay que reconocer que los presupuestos intelectuales que sirvieron de fundamento a la AHF y que quedaron ya expresados en el editorial del primer Boletín han permanecido intactos a lo largo de los años. En definitiva, seguimos apostando por las tareas de indagación y esclarecimiento de los problemas que atañen a nuestra conciencia intelectual española e iberoamericana.

No es casual que el segundo artículo de este número 25 se titule “Aportaciones de José Luis Abellán a la historia del pensamiento español”, contribución que corre a cargo de Marta Nogueroles Jové, Profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Este nutrido texto nos revela las aportaciones más importantes a la historia del pensamiento español de otro de los padres fundadores de la Asociación de Hispanismo Filosófico y Socio de Honor, José Luis Abellán. La autora invita al lector a rendir homenaje al Profesor Abellán por haber dedicado toda su vida en cuerpo y alma a esta disciplina. Tras hacer un breve repaso por su biografía intelectual, pone de relieve los acontecimientos que más influyeron en el devenir de su obra. En aras de situar al autor en su contexto histórico y cultural, Nogueroles profundiza en la Generación del 56, considerándola como el primer movimiento de oposición juvenil al régimen franquista. Asimismo analiza las más relevantes aportaciones de Abellán como son su descubrimiento del exilio filosófico, la recuperación de Ortega y Gasset, el erasmismo o la reivindicación del pensamiento español.

Nuestra Revista es cierto que quiere “filosofar en castellano” pero también en lengua portuguesa porque entendemos que formamos parte de un patrimonio cultural común. En este número Edson Ferreira da Costa, Profesor de la Universidade Federal do Maranhão –UFMA- (Brasil), se ocupa en su contribución, redactada en su lengua materna, de la dimensión biográfica de la vida humana en el pensamiento de José Ortega y Gasset. Para el autor la vida como biografía supera una visión ontológica del ser en la que el individuo asume la autoría de su existencia a través del ejercicio de la libertad de elaborar su propia historia vital. Según explica Ferreira, la dimensión histórica en la teoría de la vida biográfica es la clave para comprender la vida individual porque ésta constituye un evento personal e intransferible.

La estrecha relación de nuestra Revista con el desarrollo de la filosofía en Iberoamérica se pone de manifiesto también en este número 25, a través de la contribución de Jorge Polo Blanco de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Ecuador) que titula “Deshispanización, nordomanía y giro decolonial. Encrucijadas pretéritas y contemporáneas de Hispanoamérica”. En ella se centra en el objetivo de esclarecer algunas derivas políticas de larga duración en las que se halla inmersa la región latinoamericana. El autor comienza examinando las perspectivas críticas abiertas por el “giro decolonial” y por los múltiples estudios vinculados a la “colonialidad”, pero al mismo tiempo se adentra en la problemática vigencia de una concepción que defendía sobre todo en el siglo XIX la hipótesis de que la emancipación completa y el verdadero progreso tendrían lugar a través de un intenso proceso de deslatinización o, más específicamente, de deshispanización.

María Lida Mollo de la Universidad de Calabria (Italia) se adentra en su artículo en el lenguaje de la ontología de Eduardo Nicol. La pretensión de la autora es la elaboración de un glosario de la ontología de Nicol en una confrontación estrecha con algunos diálogos platónicos empezando por el análisis de “logos”, “basis”, “physis” aunque compara también el uso heideggeriano de “thigein” con el nicoliano de “lambánein”. Asimismo, el ensayo expone el análisis contrastivo que Nicol realiza de las traducciones de algunos fragmentos de Heráclito, centrándose en “dialéctica”, “cosmos”, “mundo” y “comunidad”. A juicio de la autora, la fundamentación del saber queda articulada en los términos de “doxa” y “episteme” mientras que la estratificación de la experiencia descansa en los de “apophansis”, “apodeixis”, “poiesis”. Finalmente, saca a la luz las relaciones semánticas entre “schema”, “eidos” y “morphé”.   

Este número 25 también ha considerado oportuno recoger un brillante artículo de Manuel Artime Omil (Centro Asociado de la UNED, Pontevedra), dedicado a uno de los pensadores filosóficos más importantes del pensamiento español del siglo XX: José Luis L. Aranguren. El artículo se titula “Aranguren en contexto. Un retrato del tardofranquismo a través de la contestación” y constituye un estudio realizado en el seno del proyecto de investigación “El legado filosófico del exilio español de 1939: razón crítica, identidad y memoria”. El texto propone reconsiderar la figura de Aranguren, no sólo como líder carismático, sino como impulsor de un patrón filosófico alternativo al oficial. Se contextualiza su trabajo en discusión con el pensamiento nacional-católico y la defensa de un modelo de filosofía ligada a la circunstancia siguiendo la tradición orteguiana. Según el autor, del enfoque de Aranguren resulta una cuidada reconstrucción de la cultura tecnócrata, que nos acerca a los debates intelectuales del tardofranquismo y a la impronta tanto política como moral de la contestación juvenil hasta la llegada de la democracia en España.

Santiago Arroyo Serrano, miembro colaborador del grupo de investigación reconocido de Hispanismo Filosófico de la Universidad de Salamanca, contribuye en este volumen con un artículo titulado “María Zambrano, epistolario sobre su proyecto filosófico: nueve cartas inéditas con Alain Guy”, que se inscribe en el marco de  un proyecto de investigación titulado “Epistolarios inéditos en la cultura española desde 1936”. En esta contribución se publican nueve cartas inéditas entre la filósofa española María Zambrano y el filósofo hispanista francés Alain Guy. A partir de esta correspondencia se demuestra la relación de amistad e intelectual que unió a ambos pensadores con motivo de la publicación del primer libro de Alain Guy sobre filosofía española, el cual constituye el primer estudio doctrinal sobre la vida, obra y pensamiento de María Zambrano. Junto con ello, el autor valora la importancia y el contenido de estas cartas inéditas.

Este volumen también se nutre de dos notas. Carlos Segade Alonso, Profesor de la Universidad a Distancia de Madrid, explica en su contribución “Hermenéutica del exilio y su pervivencia en la ética de Eugenio Trías” cómo tras la experiencia del siglo XX y su interpretación desde la razón vital, el concepto de exilio ha sufrido una evolución semántica y axiológica hasta transformarse en un filosofema, especialmente a partir de convertirse en objeto de estudio de filósofos como José Gaos o María Zambrano. Según Segade, la filosofía contemporánea, ejemplificada aquí por la ética de Eugenio Trías, asegura la pervivencia del concepto de exilio en el acervo filosófico español y abre nuevas vías para su interpretación al elevarse a categoría metafísica y antropológica, sin renunciar a la herencia de los pensadores exiliados.

Leopoldo José Prieto López de la Universidad Francisco de Vitoria se ocupa en su nota de profundizar en el tratamiento de la filosofía en las Constituciones de la Universidad de Alcalá de Henares. Este texto se enmarca en el proyecto de investigación “Sociedad, política y economía: Proyecciones de la Escolástica española en el pensamiento británico y anglosajón” del que el autor es el primer investigador principal. Concretamente, en su trabajo el autor expone y analiza las indicaciones de las Constituciones de la Universidad de Alcalá sobre la filosofía que se debía impartir en dicha Universidad, observando las siguientes líneas fundamentales: la clásica subordinación a la teología, la filosofía entendida como ciencia propedéutica; un énfasis desmedido en la lógica, desdoblada ahora (como se hacía en París) en dialéctica y lógica propiamente dicha; una nueva valoración de las ciencias naturales y en especial de las matemáticas; por último, una consideración de la teología como saber eminentemente práctico y positivo, según el espíritu de la teología humanista del Renacimiento y del erasmismo.

Es innegable que a lo largo de estos veinticinco años, desgraciadamente hemos perdido el contacto físico con grandes figuras del pensamiento español e iberoamericano, pero nos reconforta a todos saber que ha quedado su obra, su legado intelectual, lo que nos permite seguir dialogando con todos ellos y mantenerlos vivos con el recuerdo lo que, como bien sabe el lector de esta Revista, siempre hemos hecho a través de las ricas y emotivas notas in memoriam. Desde aquí me gustaría rendir un sentido homenaje póstumo a todos los que a lo largo de estos veinticinco años de Revista lamentablemente nos han dejado; entre otras personas muy queridas, el que fuera presidente de la AHF y director de la Revista (1998-2002), Antonio Jiménez, quien tanto hizo por nuestra asociación o hispanistas, socios de honor, como Alain Guy o el recientemente desaparecido, en plena crisis del Coronavirus, Miguel Cruz Hernández. Lamentablemente, siempre hay y habrá notas in memoriam porque la vida sigue y nuestro tiempo en este mundo es limitado. Lo importante es que a través de ellas se prosiga el diálogo, interactuando con todos ellos a partir del importante legado intelectual que han dejado tras de sí.

Ambrosio Velasco Gómez, Profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, recuerda la figura de Miguel León Portilla (1926-2019), poniendo el acento en su perspectiva filosófica de la que se sirvió para defender a los indios. El trabajo se encuadra dentro del proyecto “Filosofía política de las ciencias en sociedades multiculturales”. Como recuerda Velasco, Miguel León Portilla realizó una extraordinaria obra de investigación histórica, filológica, antropológica y filosófica para rescatar, traducir, editar, interpretar, enseñar y difundir la riqueza del pensamiento literario, social, religioso, político y filosófico de los indios de México. En el ámbito filosófico, Portilla sostiene una posición epistémica, ética, y política propia del humanismo de Vitoria, Soto, Alonso de la Veracruz, Las Casas y otros críticos de la guerra de conquista que se oponían al prejuicio imperialista de la irracionalidad y barbarie de los indios, a su incapacidad para gobernarse a sí mismos y vivir conforme a la justicia.

Antonio Heredia Soriano dedica una brillante y sentida nota in memoriam a su querido maestro y amigo Miguel Cruz Hernández (1920-2020), quien recibió el grado de socio de honor de la AHF el 5 de abril de 2019 en la Universidad de Sevilla –en el mismo acto que él y junto a Juan Fernando Ortega Muñoz-, en reconocimiento a su labor como filósofo, excelso arabista y a su fructífera labor en el campo del pensamiento español e iberoamericano. Permanecerá siempre en mi memoria la tarde que pasé en su casa madrileña justo un año antes de su fallecimiento junto a su esposa e hija, con motivo de la entrega del certificado que acreditaba su reconocimiento como socio de honor de la AHF. Como con acierto precisa Antonio Heredia, “un siglo de vida dedicado al magisterio, a la filosofía, a la historia de la cultura y pensamiento islámico –su vertiente más conocida– y a la función pública en cargos políticos”.

Ernesto Baltar de la Universidad Rey Juan Carlos recuerda la figura de José Jiménez Lozano (1930-2020), destacando no solo su importante faceta literaria sino su labor filosófica e intelectual, considerada de gran valía e interés, y de la que dejó constancia a través de numerosos artículos, ensayos y obra narrativa.

Miguel Ángel Rivero Gómez de la Universidad de Sevilla recuerda a su “guía intelectual”, amiga, maestra, Iris M. Zavala (1936-2020), lamentablemente desaparecida por la pandemia COVID-19, a la que califica de intelectual insobornable. A lo largo de su amplia trayectoria académica, esta pensadora puertorriqueña consiguió conformar una obra colosal, tanto en su dimensión crítica como creativa, convirtiéndose en una de las intelectuales de mayor relieve de nuestro tiempo, a imagen de su maestro Unamuno. Aunque por su perfil académico podemos situarla entre la filología y la filosofía, Rivero insiste en que resulta más acertado considerar a la pensadora como crítica y teórica de la cultura.

Alcira Beatriz Bonilla Llanes, Profesora de la Universidad de Buenos Aires, pone de relieve la figura de Juan Carlos E. Scannone (1931-2019), Maestro del pensamiento filosófico “nuestroamericano”. A modo de homenaje póstumo, la autora rescata su perfil filosófico reflejado en libros, artículos y en su intenso magisterio, por ser menos conocido que sus estudios teológicos o sus contribuciones a la doctrina social de la Iglesia Católica. Bonilla desgrana su pensamiento a través de tres factores o componentes: el filosófico-teológico, el espiritual-apostólico y el latinoamericano y social.

Juan Antonio Delgado de la Rosa, filósofo e historiador, escribe sobre el poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y político nicaragüense Ernesto Cardenal (1925-2020). En todo caso el autor se centra en resaltar su valía como claro exponente de la teología de la liberación latinoamericana y de la cristianización del marxismo. Se destaca su labor crítica de reconstrucción social, política, cultural para desenmascarar las ideologizaciones dominantes en el pensamiento de cada momento histórico dentro de una permanente búsqueda de la verdad. Como precisa Delgado, Ernesto Cardenal trabajó por la justicia social universal y universalizable y la utopía de encontrar un mundo más habitable. Asimismo destaca su narrativa poética, enclavada en el amor, en la naturaleza, en el pueblo, en la revolución, en el compromiso social. Podemos afirmar que efectivamente Ernesto Cardenal era un personaje poliédrico con mil posibilidades, pero sobre todo hombre-poeta que deja una huella imborrable.

José María Zamora Calvo de la Universidad Autónoma de Madrid dedica su nota in memoriam a la figura de Pierre Aubenque (1929-2020), al que califica como “el profesor prudente”. Durante su etapa como director del Centro Léon Robin durante más de dos décadas consiguió convertir esta institución en una escuela de investigación de referencia en la filosofía antigua, tanto en el ámbito francés como en el resto de Europa y del mundo, cuya influencia continúa proyectándose en la actualidad. Sus dos obras maestras junto al gran número de artículos y capítulos de libro dedicados a los estudios de filosofía antigua, no conciernen solo a la historia de la filosofía, sino al fecundo diálogo filosófico con los griegos. El admirable conocimiento que Aubenque poseía de los filósofos antiguos, pero también de Kant, de Hegel o de Heidegger, han labrado y consolidado su gran reputación internacional. Como explica Zamora, en el ámbito de la filosofía antigua en nuestra lengua, tanto en España como en Latinoamérica, el Profesor Aubenque nos ha acompañado en las lecturas de los textos. La gran admiración al quehacer de este hombre prudente, retomando siempre un diálogo entre los textos de los filósofos antiguos, sus escritos y nosotros, seguirán creciendo en este siglo XXI.

Por último, José Solana Dueso de la Universidad de Zaragoza escribe sobre Bernardo Bayona Aznar (1952-2019), recordando el conjunto de su obra filosófica aunque antes se refiere a algunos datos biográficos de interés. Es cierto que la ubicación de Bernardo Bayona en la filosofía política medieval pudo tener algo de casual, sin embargo, como Solana indica, su opción por la tradición aristotélica es lo que cabe esperar de quien ejerció como político “no con meros fines funcionariales o pragmáticos, sino desde la perspectiva de las convicciones y los valores de progreso, singularmente la defensa de la democracia y la búsqueda de la igualdad”.

Fieles al reglamento de nuestra Revista, junto a las secciones que recogen artículos, notas y notas in memoriam, también cobra gran importancia en este número el espacio en el que se reseñan obras relevantes publicadas recientemente o las secciones en las que se informa de las tesis doctorales defendidas así como se da cuenta de eventos académicos organizados por instituciones o foros de reconocido prestigio. Es así que el lector encontrará en este número abundante información sobre los avances científicos y actividades realizadas en este campo del conocimiento en aras de mantenernos al día, actualizados, sin duda, sirviendo de estímulo intelectual.

Estoy convencida de que nuestra Revista no solo ha contribuido y contribuye a seguir transmitiendo al mundo entero la extraordinaria labor investigadora que se realiza en este campo de estudio sino que también nos ha ayudado a esculpir nuestra personalidad moral afianzándonos en los valores del respeto, admiración y amor a nuestra cultura hispana e iberoamericana. Después de haber cumplido veinticinco años de vida como Revista podemos afirmar con rotundidad que la familia intelectual de la Asociación de Hispanismo Filosófico sigue creciendo gracias al impulso de sus socios, de la editorial Fondo de Cultura Económica, de las tres universidades (UAM, UCM y USAL) junto a diversas entidades colaboradoras que la apoyan, pero por encima de todo gracias al lector, quien esperamos se recree y transforme -que diría Unamuno- pero además sueñe con la lectura de las páginas que siguen. Nuestra Revista siempre ha querido ser una casa con numerosas ventanas, representadas por las diferentes secciones, para que el lector las abra cuando desee como espacios abiertos al tiempo desde los que poder mirar y reflexionar sobre el pasado, haciéndolo presente, e imaginar el futuro sin asumirlo acríticamente.

Cristina Hermida del Llano

Múnich, 9 de junio de 2020

Portada

Primavera, 1996

Pedro Ribas, Secretario

La Junta Directiva de la Asociación de Hispanismo Filosófico, en nombre de todos los socios, expresa su enorme satisfacción por ver cumplido finalmente uno de los objetivos que se había propuesto, contar con una revista que sirviera de tribuna de comunicación científica entre los socios, una tribuna en la que los miembros de la Asociación pudieran publicar los resultados de sus investigaciones, ver reflejada la actividad de la Asociación y recibir información acerca de trabajos o actividades relacionados con el pensamiento español y latinoamericano.

Recordando cómo estaban las cosas en el momento de publicar el primer número, pensamos que la revista partió de una buena base, la que le proporciona, en primer lugar, el apoyo de la propia Asociación y, en segundo lugar, la de dos universidades (la Autónoma y Complutense de Madrid), la Fundación Gustavo Bueno, de Oviedo, así como la editorial Fondo de Cultura Económica.

La revista, de la que ya han salido 5 números y de la que se está confeccionando el sexto, no es la primera muestra de vida de la Asociación, sino que es resultado de unos años previos de rodaje, de primeros pasos para constituir un colectivo, un gremio, si se quiere, dedicado al estudio y cultivo del pensamiento español y latinoamericano. La revista estuvo precedida durante los 7 primeros años de vida (1989-1995), por el Boletín de la Asociación, del que salieron 7 números.

La salida a la calle de la revista representaba, pues, la salida de la infancia y el inicio de una etapa juvenil, para usar una de esa metáforas tan caras a los ilustrados, una etapa juvenil en el sentido de ampliar el ámbito de sus relaciones y de afirmar su independencia y su propia personalidad.

Y ¿qué queremos hacer con la criatura?. O, dicho de otra forma ¿para qué la hemos traído al mundo?. Ante todo para que sea el vehículo de comunicación científica entre los socios. No pretendemos, por tanto, convertir la revista en un medio de comunicación de masas, en un foro de gran público, sino en un medio de comunicación restringido y selecto. No nos da ningún reparo el usar esta expresión, un medio de comunicación selecto, porque lo de selecto no tiene aquí nada que ver con minoría económicamente selecta, sino con minoría selecta por su rigor crítico. Esto es lo que pretendemos, que la revista sea un foro selecto de los que se ocupan con rigor del pensamiento español y latinoamericano.

Lo de latinoamericano no es tampoco ningún adorno. Aunque el título es Revista de Hispanismo Filosófico, que puede quedar algo vago para quien no esté al tanto del trabajo de los socios, o incluso puede evocar contenidos indeseables, uno de los fines de la Asociación y, consiguientemente, de su revista, es promover la comunicación científica entre la cultura española y la latinoamericana. En el consejo de redacción figuran varios latinoamericanos que ayudarán a conseguir este objetivo. Me refiero a nombres como Gabriel Vargas Lozano, Pablo Guadarrama, Raúl Fornet-Betancourt, Horacio Cerutti, Maurico Beuchot y otros. Y la editorial en la que se publica la revista, el FCE, es una casa de buena implantación en Latinoamérica. Por eso la hemos escogido.

Pensamos que el momento es bueno para esta tarea. España posee una rica historia cultural, con una importante tradición de pensamiento que abarca los más variados aspectos. Estudiar este pensamiento en sus diversas manifestaciones es la forma de apreciarlo, lo que es una auténtica necesidad en un país que ha tendido más bien a desconocer y, por ello, a despreciar, su propia producción intelectual. La revista de la Asociación de Hispanismo Filosófico pretende ocuparse del pensamiento español y latinoamericano para estudiarlo y, a través del estudio, para enseñar a apreciarlo y situarlo en el contexto del pensamiento y la cultura europea y universal. Lo que pretendemos es que la revista sea el comienzo de una aventura intelectual que anime a muchos jóvenes a estudiar este pensamiento, no para fomentar un nacionalismo aislacionista (de esto ya hemos tenido bastante) o un chovinismo autocomplaciente, sino para mostrar que el pensamiento (tanto el ensayo como la obra sistemática o la manifestación cultural del tipo que sea) se queda en el aire si no es referida a un suelo determinado, a un contexto cultural que le dé sentido. La filosofía simplemente trasladada, traducida de otra lengua, es una filosofía extraña mientras no se haga carne de la propia cultura. O, como se dice en castellano con una palabra muy apropiada en este sentido, mientras no arraigue, mientras no eche raíces. Y las raíces, como se sabe, no van por el aire, sino que se hunden en el suelo.

De esto se trata. No de vacua patriotería, sino de las raíces, que, por cierto son muchas, muy variadas y hasta se puede decir que contradictorias, porque aquí, como en casi todas partes, hay autores muy diversos, que se basan en premisas distintas, que hacen propuestas diferentes y que, además, se expresan en lenguas diversas.

Quizá podríamos resumir el objetivo de la revista diciendo algo que se ha repetido en varias de nuestras reuniones: se trata de formar una comunidad científica. Una comunidad científica suele ser un grupo que se une en torno al estudio de un área determinada de conocimiento. El trabajo del grupo no suele ser conocido del gran público ni aparece reflejado en las crónicas más difundidas, lo que nos gustaría subrayar especialmente en un medio como el nuestro, donde abundan las verbenas culturales, pero escasea el trabajo serio, de investigación tenaz y persistente. Para expresarlo en términos unamunianos, digamos que el trabajo de la comunidad científica que la revista pretende aglutinar es más intrahistórico que histórico. Como se sabe, Unamuno distinguía la historia de la intrahistoria. La historia recoge el ruido, la superficie, lo que dicen los periódicos. La intrahistoria es el fondo, lo que hay debajo, lo que no se oye ni aparece en los periódicos. Pero este trabajo intrahistórico tiene la pretensión de ser lo que Unamuno entendía como propio de la intrahistoria: constituir la base firme de lo que sí aparece en la superficie. No nos preocupa lo que hace ruido, sino el desentrañar el contenido y el sentido de las corrientes de cada momento histórico. En esto estamos empeñados y de ello se recogen algunos ecos en los números aparecidos.

Carta Rector UAM
Carta Decano UCM
Carta Decano USAL